jueves, 5 de abril de 2007

LUNAS DE AGOSTO, Justo Vila Izquierdo


Cuando hace unos años leí "La Agonía del Búho Chico", me prometí a mi mismo no martirizarme más en la vida leyendo nada de Justo Vila. Sin embargo, tras las nuevas expectativas que se van abriendo en forma de nuevos descubrimientos sobre la guerra en Badajoz, tenía esperanzas de que Justo Vila se hubiera enterado de algo, y comenzara a escribir más verdades que mentiras, que era lo que hasta hace poco nos tenía acostumbrados. Es cierto que ha copiado descaradamente a otros autores y que lo ha camuflado en forma de "cuento lo que me dejan" o "como me contó uno de sus descendientes", por supuesto sin aportar una sola prueba y tranquilo porque la maquinaria, SU maquinaria socialista va a adorarlo como siempre, sin el menor atisbo de imparcialidad.
Para empezar, como ya he leído por ahí alguna vez, el libro es "multiangular". Está escrito en primera persona desde el bando de "los malos", gracias a Dolores, nieta de un falangista que mató al abuelo de el otro prota en 1936, y ha escrito su versión en un hospital, creo que en sus últimos días. Sin embargo, es impresionante la descripción de la vida idílica que se llevó a cabo por las izquierdas, relatado en un principio por el nieto de un maestro de escuela, soñador, buena persona, justo, etc Gracioso es por ejemplo, cuando este maestro de los años 30 se ponía con los brazos en cruz en la Alcazaba ... vamos todo muy patético al estilo de "I'm the king of the world" de la película Titanic con los protagonistas gritando.
Ni que decir tiene que no se habla nada de las milicias que sembraron el pánico en las calles de Badajoz durante ese verano, o los asesinatos que hubo en la capital. Tampoco habla de cómo se intentó asaltar la cárcel, sino que relata como la gente se dio la vuelta al espetarles los hermanos Pla que no estaba bien aquello.
Hay varias ocasiones en las que no se sabe muy bien quien habla hasta bien entrado el párrafo, por lo que da sensación de desconcierto. Tampoco estaría de más una descripción clara y concisa de qué personajes son reales y cuales inventados, porque claro, así hace un libro cualquiera, escudándose en un supuesto diario y unas supuestas vivencias de alguien que él dice que le dejó imprimir todo esto. Bueno, así hace un libro cualquiera (digo hace porque escribir es algo distinto creo yo), si tiene a la Junta y Libros del Oeste se presta, imagino que intuyendo los miles de libros que comprará el director de la biblioteca de Extremadura para todas las bibliotecas a su cargo, o a cargo de los psoistas locales.
En definitiva que el libro no solamente no aporta nada nuevo, sino que vuelve a los tópicos de siempre sin un mínimo de rigor. No es santo de mi devoción el profesor Chaves Palacios, pero al menos éste se implica en la investigación, y aunque también es un eterno subvencionado por la Junta y la Universidad con sus programas, uno comienza sus libros esperando siempre algo nuevo.
No lo lean, no pierdan el tiempo.

PD: qué patético Don Justo Vila, diciendo al final del libro qué historiadores son buenos y quienes son malos (textualmente), para hacer más si cabe, panfletista el libro.

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